- Clasificaciones Así está la NBA
La temporada de Joel Embiid, líder de los Sixers y una de las grandes estrellas de la NBA, está siendo convulsa, por decirlo de algún modo. En lo deportivo sólo ha podido jugar 9 de los 28 partidos de los renqueantes Sixers (11-17) por culpa de los eternos problemas de su maltrecha rodilla y recientemente sufrió una fractura en los senos nasales que le obliga a llevar una máscara durante los partidos.
Podría ser una máscara de superhéroe, pero en su caso es de villano, un calificativo que se está ganando a pulso en los últimos tiempos por su comportamiento antideportivo y sus reiteradas faltas de respeto a todo bicho viviente: rivales, árbitros, público y hasta periodistas.
Gestos obscenos... el día de Navidad
Su última barrabasada fue hacer gestos obscenos alevosos durante la victoria de los Sixers ante los Celtics (114-118), precisamente en el día de Navidad, donde la mayoría de la humanidad saca su mejor cara. Él no, y por esa fea acción en un día tan señalado y mediático televisivamente hablando, acaba de ser sancionado por la NBA con 75.000 dólares de multa, un aguinaldo para un tipo que esta temporada ganará 51,4 millones de dólares en Filadelfia, el segundo mejor pagado de la Liga tras Stephen Curry (55,7).
No es la primera vez, y de hecho cada vez viene siendo más habitual, que el pívot camerunés saque los pies del tiesto. Hace tres días fue expulsado por encararse con Jenna Schroeder, árbitro del partido entre Sixers y Spurs, tras señalarle ésta una falta sobre el gigante Victor Wembanyama. Embiid, MVP en 2023, no estaba de acuerdo y protesto airadamente esa decisión en su cara, lo que le costó la primera técnica. Entonces el camerunés estalló y tuvo que ser sujetado por sus compañeros para separarlo de Schroeder. Y fue expulsado.
Tres partidos de sanción por empujar a un periodista
Y hace apenas dos meses la NBA le impuso tres partidos de sanción y sueldo por empujar al columnista del Philadelphia Inquirer, Marcus Hayes, que según parece había escrito algunas cosas en su medio que no eran del todo del agrado del jugador de 2,13 m y 30 años, que decidió tomarse la justicia por su cuenta con el periodista. Lamentable acción.
Como también lo fue la que protagonizó el año pasado, cuando fue sancionado por la NBA con 25.000 dólares de multa tras hacer gestos obscenos (otra vez) durante el tercer cuarto del partido entre Sixers y Nets. Parece que no ha aprendido la lección, y como se pasa las multas por el forro dado el dineral que gana, la Liga va a tener que inventarse otra clase de sanciones que afecten más a tipos como él y que no tengan que ver sólo con rascarse el bolsillo. Eso está claro que no funciona. Al menos con él.
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