Los Warriors salvan un muy mal día de Stephen Curry

La victoria de los 104-107 de los Golden State Warriors en la cancha de los Detroit Pistons escondió bastante más cosas de lo que se podría pensar. No fue un partido sencillo. Ni deportivamente, ni para el jugador más determinante, Stephen Curry, ni en las horas previas al mismo, marcado por la situación personal de Steve Kerr, entrenador de la franquicia de la Bahía de San Francisco. Pero los Warriors ganaron y respiran con un récord de 19-18.

El partido del Little Caesars vino determinado por la declaración previa de Steve Kerr. “Es un desastre, es devastador y surrealista. La ciudad parece arrasada”, relató. Confesó que la casa de su infancia había sido afectada por los incendios de Los Ángeles, una en la que había ido a almorzar hace un par de semanas con su madre. Pero su partido se disputó y solo se suspendió el Lakers-Hornets del Crypto.com Arena.

Es un desastre, es devastador y surrealista. La ciudad parece arrasada

Steve Kerr

Tampoco fue sencillo en lo deportivo. Stephen Curry no estuvo bien y sufrió contra los Pistons. Facturó un doble-doble (17 puntos y 10 asistencias), pero no estuvo bien en el lanzamiento. Con 5/21 en tiros de campo y 2/14 desde el triple. Sufrió, aunque Golden State se las arregló para salir a flote gracias a los triples de Buddy Hield (cinco triples para 19 puntos) y el 14+10 de Jackson Davis.

Repercutió en un final apretado. Parecía que no, porque los Warriors dominaban a cinco minutos del final (98-80). Pero llegó el colapso, y Detroit tuvo la oportunidad para enviar el partido a la prórroga. Venía dado de un tiro libre a fallar de Cade Cunningham y un triple de Malik Beasley que no entró. Detroit perdió su racha y Golden State resistió.

Los Warriors se reenganchan así a la pelea en la zona límite de Playoffs de la Conferencia Oeste. Con 19-18 suman un triunfo más que Spurs y Kings, y quedan a un triunfo de Lakers, Wolves y Clippers peleando por ser el 6° y el último clasificado de forma directa a la post-temporada.