Después de un Giro de Italia con pocas buenas noticias, Movistar Team vuelve a sonreír. Iván Romeo se enfunda el maillot amarillo en el Critérium du Dauphiné después de una victoria de etapa en una jornada, la tercera, que era una trampa para los corredores de la general. El jovencísimo corredor del equipo telefónico hereda el maillot de líder que ya han vestido Tadej Pogacar y Jonathan Milan. Casi nada. No se lo podía ni creer: "No sé qué decir. Es el mejor día del año, seguro. Estoy trabajando muy duro y estoy agradecido al equipo por darme la oportunidad y tanto apoyo y confianza. El trabajo duro siempre merece la pena y hoy ha sido así".
El vallisoletano es un español atípico. Especialista en la contrarreloj (es el vigente campeón del mundo sub 23 de la disciplina), talento que le ha servido para probar a escaparse de la fuga en solitario y apretar en los últimos kilómetros. Romeo sabía que este día podía ser para él: "Tenía esta etapa en mi cabeza desde hace un mes. Ha sido una locura, porque habíamos planeado desde el principio de esta semana meternos en esta fuga y sabíamos cómo había que ganar. Estamos aquí con Enric [Mas] a tope, pero también el equipo me ha dado esta oportunidad y la confianza para ganar de esta manera. Hemos estado trabajando en altitud en Sierra Nevada, trabajando muy duro con el equipo. Conseguirlo así... No sé ni lo que he hecho".
La energía de la juventud
Y eso que su estado físico no era el ideal: "Tengo que ser honesto, no sé ni lo que pienso ahora mismo. No me lo creo. Creo que ha sido uno de los días más duros de mi vida, ha sido muy difícil meterse en la fuga, no me sentía bien y se lo he dicho al coche, he tenido que asumir riesgos y no estar muy activo. He esperado hasta el último momento y sé que en estos finales en llano con un grupo pequeño tengo buen instinto. Sabía que, si me daban unos segundos, lo podía hacer. No me han seguido por un minuto y he salido volando a la meta".
Romeo todavía no tiene 22 años (los cumple el 16 de agosto), pero ya suma dos victorias como profesional. En el mes de febrero, se impuso en la tercera etapa de la Volta a la Comunitat Valenciana, entre Algemesí y Alpuente, y su buen desempeño en general le sirvió para ser octavo en la clasificación final y segundo en la de mejores jóvenes. También hizo buen papel en el Tour de UAE, donde ganó el maillot de los jóvenes y terminó cuarto en la general. Además, ha corrido cinco contrarrelojes esta temporada, y ha terminado entre los 12 primeros en todas ellas.
Mirando a las grandes vueltas
Sin embargo, después de su fulgurante mes de febrero, tuvo un pequeño bajón de forma. Así lo ha reconocido después de la victoria en Dauphiné: "Ha sido duro, después de un buen inicio de temporada, volver a estar en buena forma, pero ya puedo decir que estoy de vuelta. Significa todo. Es una vida entera, 21 años para esto. No sé qué decir. Se lo quiero dedicar a mi familia, a mis amigos, un grupo increíble, es lo mejor que tengo en el mundo, y esto es de ellos. Hay que seguir".
En la accidentada París-Niza hizo un papel digno a pesar del mal tiempo, enfrentándose incluso a la organización por sus decisiones. Después, en la temporada de clásicas, no pudo terminar ni la E3 Saxo Classic ni la Gent-Wevelgem, pero recuperó su nivel en el Tour de Romandía. Ahora, es el flamante líder del Critérium du Dauphiné, y la cuarta etapa, este miércoles, es su especialidad favorita: contrarreloj de 17,4 kilómetros entre Charmes-sur-Rhône y Saint-Péray. Un momento ideal para aumentar incluso su ventaja al frente de la clasificación y, quién sabe, consolidar su posición para hacer frente a las etapas de montaña.
Y en el horizonte, el Tour de Francia. Desde antes de comenzar la temporada 2025, Iván Romeo confirmó que quería correr su primera gran vuelta. Todo apuntaba a la Vuelta a España, con una contrarreloj en su Valladolid natal, pero su rendimiento en el momento clave del curso parece que obligará a Movistar Team a contar con él para la 'Grande Boucle'. De momento, en este Dauphiné, que es más ensayo general del Tour que nunca, Romeo está por delante de todos. Su felicidad, al cruzar la meta, era evidente: "Es increíble, la recompensa a todo el esfuerzo. En pocas ocasiones había trabajado tan duro como en esta, y el ciclismo no siempre paga, pero hoy sí que ha pagado".
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