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La Liga de las Naciones ya ha adquirido la mayor mayoría de edad. Aquel invento, calificado por muchos de locura, de Alexander Ceferin en 2018, se ha transformado en un título que todos ambicionan y que solo los elegidos pueden lograr. Curiosamente, en la final del domingo en el Allianz Arena de Múnich se citan España y Portugal, selecciones que ya pueden presumir de tener en su historial el ya preciado campeonato.
La selección de Luis de la Fuente es la actual campeona, mientras que la de Bob Martínez levantó el título en 2019, en la que fue primera edición del torneo y, curiosamente, única final en la que no ha estado presente la actual campeona de Europa, que no es otra que España. Francia completa el historial de campeones de este título, que ha servido para borrar del horizonte.
Un título que va ganando peso
De los insulsos amistosos de tiempos que ya empiezan a parecer pretéritos a poner sobre el verde partidos interesantes, igualados, con la disputa de un título en juego, y con la ambición de la selecciones más modestas de ir subiendo de categoría y soñar con alcanzar el sitio que ahora mismo ocupan España y Portugal, ha elevado la categoría del torneo.
Lo cierto es que las selecciones dirigidas por De la Fuente y Martínez se han convertido en la referencia del fútbol europeo, por aquello de su presencia en las rondas finales de todos los títulos y por ese fútbol de toque y distinción que son capaces de ofrecer futbolistas que se han convertido en la referencia del mundo del fútbol.
La lista de referentes es amplia y variada, con todo tipo de registros. Pedri, Vitinha, Conceiçao, Nico Williams, Neves, Mendes, Huijsen, Dias, Zubimendi, Bernardo Silva, Unai Simón, Morata, Bruno Fernandes… y esos dos que representan una perfección el cambio generacional de fútbol como son Cristiano Ronaldo y Lamine Yamal. Dominador del fútbol uno y claro aspirante a poder hacerlo, el otro. Podrían ser padre e hijo por aquello de los 40 y 17 años, pero no, son rivales en la lucha de un nuevo título para sus países, para la España y Portugal, selecciones que asustan y dan miedo al resto de combinados europeos y mundiales.
La España que logró cambiar la historia en 2008 acumula ya ocho finales desde aquel punto de partida que significó la entrada en una nueva para fútbol español. Arrancó con la conquista de la Eurocopa, siguió con el Mundial, con una nueva Eurocopa. En 2013 se quedó a las puertas, tras ser derrotada por Brasil en la final de la Copa de las Confederaciones, para regresar a la buena senda, ya en 2021, con el fallo ante Francia en la final de la Liga de las Naciones, algo quedó atrás en 2023, con el triunfo de Croacia en el mismo torneo, siguió un año más tarde con el triunfo en la Eurocopa y que en la noche del domingo 8 de junio de 2025 puede quedar ratificado con la conquista de otro título ahora ante Portugal.
Datos en contra de la lógica
La selección liderada por Cristiano Ronaldo arrancó en 2016, con la conquista de la Eurocopa. Si tres años después, ganó la primera edición de la Liga de las Naciones, salpicado con el tercer puesto en la Euro de 2012. En el camino se quedan las eliminaciones portuguesas ante España en Sudáfrica 2010, en la Eurocopa de 2012 y en la Liga de las Naciones de 2023. En el Mundial de Rusia 2018, el duelo terminó con empate a tres.
De la Fuente está a un paso de hacer historia, ya que un triunfo el domingo también implicaría ganar tres títulos consecutivos en dos años naturales. Algo que no ha conseguido nadie. La España de los tres títulos consecutivos los logró en cuatro años (de 2008 a 2012). Argentina ha conseguido hacer triplete en tres años naturales. Conquistó primero la Copa América en 2021, después ganó el Mundial de Catar en 2022 y, finalmente, volvió a reinar en la Copa América en 2024.
Campeones de Europa
Más allá de ausencias en la lista de convocados de uno y otro seleccionador, los dos podrán contar con todos los convocados para la ocasión. No hay bajas por lesión tras las batallas de las semifinales ante Alemania y Francia. Al contrario, lo que hacen De la Fuente y Martínez es recuperar plenamente a los campeones de Europa, ya que Mendes, Neves, Vitinha y Fabián por otro, apuntan a titulares.
La final de Múnich también sirve para reivindicar el potencial de los entrenadores españoles, presentes en todas partes del planeta fútbol y que hoy darán forma a la final desde los banquillos. España seguro que gana de cualquier manera.
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