La frustración de los golfistas es normal en Oakmont Country Club, la sede del 125º US Open. Hay quien lo lleva mejor y quien se desespera más, pero todos sufren en algún momento. No basta con calcular bien el golpe cuando se cae en una de las muchas trampas que esconde el recorrido de Pittsburgh. Los impactos desde el rough son casi imposibles de controlar, pero lo peor está en los enormes greenes, pues las intrincadas caídas no sólo son difíciles de leer, sino que una bola puede aterrizar muy cerca de la bandera y coger una ligera pendiente que se la lleva varios metros. Pocas veces rueda a favor. Sin embargo, es así para todos. Como decía McIlory en sala de prensa, “ganará quien tenga más paciencia”.
En esta pelea está Jon Rahm, que por desgracia no tuvo una actuación estelar como la del jueves y su resultado hoy fue un reflejo sólo de sus fallos y no de un juego que en general fue muy sólido. Tiró 75 golpes (+5) y con 144 (+4) en el acumulado, el ‘León de Barrika’ se aleja algo de los puestos de cabeza del torneo, pero no se descuelga del todo. Queda mucho torneo y los errores van y vienen para todos. Qué pena la cantidad de putts para birdie que no le entraron al golfista vasco.
La jornada matinal en Oakmont ha dado para ver a muchos de los favoritos y para darnos cuenta de que muy muy poquitos jugadores van a estar bajo par al final del día. Enorme Sam Burns, que firmó 65 para un 137 total (-3) y es la referencia ahora mismo en el torneo (jornada aún en juego). A diferencia de Rahm, Viktor Hovland (139) minimizó sus fallos a base de birdies y lleva así ya dos días (71+68). Brooks Koepka (142) resiste arriba (74 con cuatro birdies y ocho bogeys). Collin Morikawa (174) y Scottie Scheffler (174) están igual que Rahm. Lo curioso es que en general el número 1 del mundo ha sufrido bastante más que el español ambos días, pero el resultado es el mismo. No está siendo el de otras semanas, pero tampoco está mal colocado de cara al fin de semana. Lo que vaya a suceder en este campo es impredecible.
La vuelta de Rahm
Volviendo a Rahm, este no logró la perfección en los golpes de salida como el primer día y eso hizo que se metiera en algunos aprietos. Se mantuvo sereno, aunque le dolió bastante el doble bogey del hoyo 11; era su segundo tripateo en el día y acumulaba ya cinco sobre par en la jornada. El español peleó hasta el final, con un gran juego de tee a green, pero no estuvo nada acertado con el putt y así le fue imposible recortar golpes.
Recapitulando, el día comenzó mal para ‘Rahmbo’ con un bogey en el 1 tras ir de salida a un bunker. Del 2 al 6 estuvo muy sólido y pateó en todos para birdie. El segundo fallo vino en el 7, pero Jon salvó sin problemas el par. El 8 (par 3 en el que tripateó) y 9 salieron mal al fallar la calle. En el 10 volvió patear para birdie y después llegó el segundo tripateo. El vizcaíno regresó a la buena senda de juego e hizo birdie al 12 y lo rozó en el 13, 14 y 15, en los que falló putts bastante asequibles. El que tuvo en el green del 16 era de cinco metros y se le escapó por nada. Más a tiro tuvo el del 17 y corrió la misma suerte. En el 18 falló la calle cayendo el rough y tuvo que gastar un golpe en regresar a la misma, con resultado de bogey y eso que estuvo a punto de embocar desde 15 metros. El juego lo tiene esta semana, falta sobre todo más acierto en los greenes.
La reacción de Rahm
Tras acabar su vuelta, Jon se detuvo brevemente con la prensa y fue rápido en su análisis: "No emboqué ningún putt. No jugué mal. Jugué bastante bien al golf, pero no vi entrar nada, salvo un putt de dos o tres metros en el 7. Eso es todo. Es muy difícil sacar un buen resultado aquí", indicó. A Rahm le pidieron también que pusiera en perspectiva su resultado teniendo en cuenta lo fiero que se está mostrando el campo. "Sinceramente, estoy demasiado molesto y enfadado ahora mismo como para pensar en cualquier perspectiva. Muy frustrado. He jugado muy pocas rondas de golf en mi vida en las que creo haber pegado buenos putts y no me hayan rozado el hoyo, así que es frustrante", concluyó.
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