Dos carreras, dos abandonos. Fernando Alonso sigue con un inicio de 2025 para olvidar en la Fórmula 1. De buen nivel de pilotaje, como muestran las vueltas rápidas de China o la primera parte de Australia, pero sin el golpe de fortuna cuando los puntos se juegan. Pasó en Melbourne con la gravilla y se repitió, una semana después, en la vuelta 4 del Gran Premio de China, una de sus pistas favoritas. Alonso se quedó tirado y seguirá sin sumar.
Corría la cuarta vuelta de carrera cuando Pierre Gasly, en el puesto 13, lanzó las alarmas. “Veo fuego en los frenos de Fernando”, reclamó por radio. Podía ser un problema de temperatura o algo más serio, en el conducto. No tardó en demostrarse que era lo segundo. Un drama total sin capacidad de arreglar.
Alonso perdió puestos, se colocó a final del grupo y explicó el drama. “No tengo frenos. No tengo frenos”, contó. Y no había otro camino que completar la vuelta y enfilar el camino a boxes para retirar el Aston Martin AMR25. Fuera de carrera por algo que no parece propio del coche británico y que podría deberse a algo que entró en el sistema. Pero supone otro 'DNF'.
Poco después, el asturiano fue, lógicamente, al muro de su equipo. No sumará en la segunda cita del Mundial y es su peor inicio de temporada desde aquellos 2015, 2016 y 2017. Los años de McLaren-Honda y un coche que no era competitivo. Allí encadenó dos abandonos en las dos primeras citas, como lo que ocurre en su tercer curso con Aston Martin.
No tengo frenos. No tengo frenos
“Estábamos experimentando”, confesó sobre su última qualy y la perspectiva de fin de semana en China. El coche es sólido, pero no está para mucho más de lo que demuestra. Y si se suman problemas, peor asunto. De momento, sin puntos en un 2025 que cierra reglamentación y no empieza de forma ilusionante para Alonso. Volverá en Suzuka, otra pista de piloto y donde tiene momentos de leyenda. Allí tratará de irrumpir en el top-10.
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