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Las sirenas no solo rompieron el silencio en las calles de Los Ángeles, también hicieron eco en el corazón de uno de los ídolos más escuchados del momento: Peso Pluma. Mientras el Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE) intensificaba las redadas que pusieron a temblar a miles de familias migrantes, Hassan Emilio Kabande -el joven de Guadalajara que transformó los corridos para una generación- tomó el micrófono desde el único escenario que hoy pesa más que cualquier estadio: sus redes sociales.
Con un mensaje en inglés y cargado de emociones, Peso Pluma dejó ver que no basta con cantar sobre realidades crudas; también se necesita hablar cuando el silencio es cómplice. "Este país fue construido por nuestros antepasados", escribió, no como dato histórico, sino como reclamo directo. Su molestia no se gritó: se escribió con la calma de quien conoce el dolor por dentro.
Las identificación de Peso Pluma con los migrantes mexicanos
El cantante no solo expresó su indignación. En su comunicado, mostró una profunda empatía hacia las miles de personas que viven con miedo, separadas de sus familias, sin saber si mañana volverán a casa o dormirán entre rejas. Su mensaje no fue solo emocional, fue político. Un peso pesado que sabe que el escenario no termina en los aplausos, sino en las trincheras sociales.
Y lo más poderoso de todo: no buscó protagonismo, sino comunidad. Porque Peso Pluma no habló solo como artista, habló como un hombre que conoce las raíces de su sangre. "Las redadas, el miedo, la separación de familias... es doloroso presenciarlo", escribió. Una frase que no necesita música para doler.
La invitación de Peso Pluma a la lucha pacífica
Pero el comunicado no se quedó en la denuncia. El joven artista dejó claro que la resistencia también se canta, y se respalda con acciones. Su sello discográfico, Prajin Parlay, seguirá apoyando con donaciones, alianzas y presencia. "La lucha pacífica y no violenta por la justicia, la dignidad y la humanidad" fue la frase con la que cerró su carta. Una lección que, más que comunicado, pareció historia compartida.
En medio de una ciudad que tiembla entre helicópteros y patrullas, la voz de Peso Pluma se alzó no con enojo ciego, sino con ese tipo de furia que sabe traducirse en abrazo. Porque a veces, cuando un país se desmorona, la música no sólo consuela: también enseña.
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