El Grand Slam es el Santo Grial del tenis: es un logro de extrema dificultad porque supone no sólo alcanzar el nivel preciso para ser el mejor entre los mejores sino mantenerlo durante todo un año o al menos ser capaz de serlo en cuatro momentos concretos. Todo ello con la competencia del resto de tenistas y en condiciones diferentes en cada ‘momento’.
El Grand Slam es, solo y exclusivamente, ganar el Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open, los cuatro torneos más importantes de la temporada, el mismo año. Muy pocos lo han conseguido y, los últimos, hace mucho tiempo. Sólo cinco tenistas lo han conseguido ganar en individuales: el estadounidense Donald Budge en 1938, su compatriota Maureen Connolly en 1953, el australiano Rod Laver en 1962 (era amateur) y 1969 (era Open), su compatriota Margaret Smith Court (1970) y la alemana Steffi Graf en 1988. Del prestigio del logro da ida, por ejemplo, la propia posición de Rod Laver: la Laver Cup lleva su nombre y es el invitado de honor en cada evento en el que aparece...
Si añadimos otras categorías, encontramos a Ken McGregor y Frank Sedgman (dobles masculinos), María Esther Bueno, Martina Navratilova, Pam Shriver y Martina Hingis (dobles femeninos), Margaret Smith Court, de nuevo, Ken Fletcher y Owen Davidson en dobles mixtos y Stefan Edberg, que lo consiguió en juniors masculino en 1983.
La misma dificultad del reto ha ‘obligado’ a incluir otras categorías como el Grand Slam consecutivo o el Grand Slam en la carrera, que son grandes logros pero no son el Grand Slam. En ellas encontramos al ‘Big 3’ (Nadal, Federer y Djokovic) a Venus y Serena Williams o a Martina Navratilova. Djokovic ha ganado tres veces tres de los cuatro torneos y jugó la final en el cuarto y en 2021 rozó el logro: ganó los primeros 27 partidos precisos y perdió el que hacía el 28: ante Daniil Medvedev en la final del US Open.
La dificultad del reto ha aumentado modernamente porque son cuatro las superficies sobre las que se disputa el reto. En tiempos de Rod Laver el reglamento especificaba que los torneos ‘oficiales’ (los GrandSlam y la Copa Davis) sólo podían jugarse sobre pistas ‘naturales’: hierba y tierra batida. Australia, Wimbledon y US Nationals -luego US Open- se jugaban en hierba y Roland Garros en tierra. En 1976 el US Open abordó el primer cambio de superficie y hoy, Wimbledon se juega sobre hierba, Roland Garros sobre tierra y sobre superficie dura, el Open de Australia (Greenset) y US Open (Laykold). Podría sin embargo también señalarse que los estilos de juego se han unificado. Aún en los primeros años 90 el cuadro de Wimbledon y el de Roland Garros podía tener un 30% de jugadores diferentes, que no jugaban una cita u otra porque no se amoldaba a su forma de juego.
Con el ‘Big 3’ ya amortizado, es el turno ahora para Carlos Alcaraz y Jannik Sinner de intentarlo. Ambos han demostrado tener capacidad para vencer en todas las circunstancias y de hecho Carlos tiene ya tres de los cuatro que le valdrían el Grand Slam en la Carrera, pero, como hemos visto, es un empeño de extrema dificultad hasta para los más grandes y además cada uno de ellos es el mayor enemigo del otro. Con su triunfo en Roland Garros, Carlos le ha quitado a Sinner la posibilidad de ganar el Grand Slam en este 2025...
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