Mari Paz Vilas (Villagarcía de Arosa, 1988) es uno de los rostros más conocidos del mal llamado fútbol femenino español. La que fuera jugadora del Atlético Arousana, Levante, Barcelona, Espanyol, Valencia, Real Betis y Levante Las Planas dio el salto el 2023 a la Queens League, donde ha vestido las elásticas de Porcinas y Pio. "Fue algo casual y poco meditado. Estaba de vacaciones y me llamó Sara Mérida -también exfutbolista- para proponerme jugar en su equipo. Era algo que no había podido hacer en mis 20 años de carrera y tenía esa espina clavada. Mi hermano y mi sobrino, que les encantaba este mundo que yo desconocía, me animaron a probar y no pude haber tomado una mejor decisión", explica en MARCA la protagonista.
Lo que apuntaba a ser un amor de verano se convirtió en una relación sólida que está cerca de cumplir dos años. "Venía de pasarlo muy mal en mi última temporada. Fueron meses difíciles en los que tuve que luchar con cosas que parecía que ya se tenían que dar por pasadas en el fútbol profesional. Estaba desilusionada, desmotivada y cansada. Sentía que ya había hecho todo lo que quería hacer", explica. "La Queens League me hizo sentir libre y me reconectó con mi niña interior. Dejé de ejecutar como una máquina y concebir el fútbol como un deporte profesional para jugar como si volviera al patio del colegio y pensar en mí y en mi felicidad. Me rescató y me hizo volver a sonreír", subraya.
Mari Paz fue anunciada como jugadora de Porcinas, equipo presidido en un primer momento por Ibai Llanos -cocreador de la competición junto a Gerard Piqué- y después por Gemma Gallardo 'Gemita'. "Es un fútbol totalmente diferente. El formato está hecho para que continuamente pasen cosas y eso hace que el espectador se enganche al espectáculo, pero que nuestras cabezas no puedan relajarse en ningún momento. Emocionalmente es una montaña rusa constante", apunta la gallega. "Mola mucho, pero a mí me costó adaptarme. Venía de una mentalidad tan profesional que veía ciertas cosas que me desesperaban. Recuerdo que un día tuve una conversación con Alberto Bueno, Javi Espinosa y Hugo Fraile -futbolistas que, como ella, cambiaron el 105x68 por el 55x35- y me dijeron: 'O te calmas y entiendes que esto es otra cosa o te vas a volver loca y no vas a disfrutar del espectáculo del que ahora formas parte'. Les hice caso, conseguí cambiar el chip y ahora es el único consejo que doy a las jugadoras que vienen nuevas", subraya.
Dejé de ejecutar como una máquina y concebir el fútbol como un deporte profesional para jugar como si volviera al patio del colegio y pensar en mí y en mi felicidad
La Queens League mezcla jugadoras de segundo nivel que no han podido dar el salto a la élite u otras que viven una segunda oportunidad o estiran sus carreras. "Recuerdo que los primeros días que iba a entrenar o a jugar, las chicas -muchas de ellas amateurs- se quedaban paralizadas por tenerme ahí. Decían que habían seguido mi carrera y que nunca se hubieran imaginado compartir vestuario conmigo. Luego han podido ver que soy una más y el día que nuestros caminos se separen me llevaré a las personas que he ido conociendo", relata. "También me he encontrado con aficionados que me han conocido por jugar en Porcinos o Pio... ¡Tiene delito!", exclama entre risas. "Hay público al que le gusta el fútbol, pero otros que están ahí porque siguen a su streamer referente o simplemente ven en el formato algo divertido y entretenido", añade.
Mari Paz alucina con el seguimiento que tiene una competición que apenas tiene un par de años. “Siempre le digo a las más jóvenes que yo he jugado en campos de barro y donde iban a vernos sólo familiares. Ahora es más normal que se abran los grandes estadios, pero cuando yo empecé en el fútbol lo veíamos inalcanzable. Ahora venimos de jugar en México, en el estadio Nuevo Luis Pirata Fuente de Veracruz, y la gente nos recibió en el aeropuerto, nos esperó en el hotel y nos animó desde las gradas haciéndonos sentir importantes. Es muy bonito que pase esto y en mi caso, al venir de donde vengo le doy hasta más valor”, refleja.
La de Villagarcía de Arousa, donde Mari Paz da nombre al campo de fútbol de San Xinés desde 2016, ha destacado en su carrera por su feeling con el gol. Mapi, como se la conoce en el mundillo, ha perdido la cuenta: 186 con el Atlético Arousana; 18 con el Levante; 20 con el Barcelona; 50 con el Espanyol, 132 con el Valencia, 14 con el Real Betis; 4 con el Levante Las Planas; 24 con la selección española (15 con la absoluta y 9 con la Sub'19); 3 con la selección gallega; y, en su paso por la Queens, 50 con Porcinas y 22 con Pio. “Mi esencia siempre ha sido empujar el balón a la red [Risas]. Ahora me divierto mucho porque las dimensiones de juego son tan reducidas que tienes muchas ocasiones de marcar. A mí siempre me gustaba jugar esos partidos de entrenamiento en un cuarto de campo y lo que hago ahora se le parece mucho”, revela Mari Paz, capaz de anotar un hat trick con Porcinas en sólo tres minutos o anotar en todos los partidos jugados con Pio hasta la fecha. “Me quedaría con un gol que marqué con Porcinos en la Kingdom Cup, por lo estético, y los cuatro que marqué en la última final con Pio por la importancia que tuvieron”, subraya.
Su buen hacer en el Cupra Arena ha hecho que las ofertas del fútbol profesional sigan llegando a su mesa. “Algún club me ha llamado incluso este año preguntando por mi situación, pero les he frenado porque no quiero que me vuelva a picar el gusanillo de competir. Creo que si volviera sería un paso atrás y dar de lado a mi salud mental. En la Queens soy feliz y el día que lo deje colgaré las botas definitivamente”, sostiene. A sus 37 años, Mapi tiene gasolina en el depósito e ilusión para continuar, aunque tiene abierta la puerta a futuros proyectos. “Pensé en dejarlo cuando dejé Porcinas, pero quería ganar la Liga y ahora que lo he conseguido... Sé que siempre voy a encontrar un motivo para jugar. Tengo hasta septiembre para pensarlo, no tengo nada decidido”, asegura. Cuestionada por quién ficharía para la Queens, lo tiene claro: "Creo que a Jenni (Hermoso) se le daría de locos; Aitana (Bonmatí) y Alexia (Putellas) aquí también serían las mejores del mundo; y (Caroline) Graham, que no he jugado con ella, es otra con la que me gustaría probar".
Me gustaría ser directora deportiva de algún equipo. Soy muy friki del fútbol y veo muchísimos partidos. Me encantaría cambiar las cosas y ayudar desde dentro
Después de ganar una Liga, una Corona de Oro y el premio a la máxima goleadora en la Queens, Mari Paz busca nuevos retos. “Soy muy competitiva. No me gusta perder ni a las canicas y, aunque aquí la prioridad es divertirse y entretener, yo si no gano me voy cabreada a casa”, dice entre risas. “A nivel de competición y franquiciado es un éxito porque cada vez hay más Ligas en el mundo, pero no sé hasta qué punto tienen la capacidad de asentar, cuidar y dar continuidad al proyecto”, apunta.
Licenciada en TAFAD, graduada en Fisioterapia, con el Máster de Dirección Deportiva y con más de 80.000 seguidores en redes sociales, Mari Paz tiene muchas puertas abiertas de cara al futuro. “No pretendo ganarme la vida como streamer. Para mí es un hobby. Es cierto que he podido descubrir el mundo de los creadores de contenido y hay muchísimo trabajo detrás más allá de ponerse delante de la pantalla”, afirma quien lleva un año enrolada en Dux Gaming, un club de innovación deportiva que lleva su imagen —“Las jugadoras no hemos sido conscientes de que podemos generar nuestro propio dinero”, asegura— y como directora deportiva en la agencia de representación RCG Sports.
Y es que el fútbol, el balón, sigue siendo la brújula que guía la vida de Mari Paz. “Mi intención es seguir ligada al fútbol. Me gustaría ser directora deportiva de algún equipo. Soy muy friki del fútbol y veo muchísimos partidos. Me encantaría cambiar las cosas y ayudar desde dentro. Creo que aún es difícil que los clubes o las entidades apuesten por mujeres, pero además de ganas e ilusión tenemos experiencia, conocemos el contexto y estamos cada vez más formadas y capacitadas”, finiquita.
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