Cristina Pizarro (Madrid, 1989) colgó las botas el pasado verano después de jugar en el Atlético de Madrid, Rayo Vallecano, Sant Gabriel, Real Sociedad, Sporting de Huelva, Espanyol y CD Getafe. “Mi padre [Antonio] fue jugador y en casa veía fútbol todo el rato. Luego empecé a practicarlo en el colegio, con amigos… Se me daba bien y decidí dedicarme a ello”, rememora la protagonista en MARCA.
En sus casi dos décadas dedicadas al fútbol de élite, Chini, como se la conoce en el mundillo -fue bautizada así en su etapa de rojiblanca al coincidir en el equipo con varias Cristinas-, vivió (casi) de todo: ascensos, descensos, títulos, lesiones, impagos... “Mi mejor momento fue ganar la Copa de la Reina con la Real en 2019. Recuerdo las gradas de Los Cármenes de txuri urdin, con mi familia allí, la primera vez que se televisaba en Telecinco, la primera vez con la Reina presente… ¡Fue increíble!”, recuerda quien fuera la primera futbolista no nacida en el País Vasco en jugar en la Real Sociedad. “En Donosti estuve cinco años, una experiencia muy bonita que repetiría con los ojos cerrados. Desde que llegué me acogieron como una más y siempre me he sentido como en casa. Siempre he dicho que la Real tiene un huequito en mi corazón y ojalá algún día pueda volver a vivir allí”, resuelve.
Un cruzado y dos avisos del corazón
El envés de la moneda fueron las lesiones. En su etapa en San Sebastián sufrió la rotura del LCA de la rodilla izquierda y una dolencia cardiaca que ya había tenido en su etapa en el Sant Gabriel. “Son percances que tuve que vivirlos fuera de casa y que frenaron en cierto punto mi evolución. Pero son cosas que te hacen madurar, crecer de otra manera, y ser más fuerte”, cuenta Chini, que siempre jugó de centrocampista excepto en un breve periodo de tiempo en el Rayo donde Pedro Martínez Losa, hoy entrenador de Tigres, la probó en el lateral derecho. “Como tácticamente me colocaba bien y tenía buen manejo de balón, me metía por la derecha para que ayudara en la creación del juego, aunque yo donde siempre he estado más cómoda ha sido en el centro”, justifica.
En Vallecas vivió uno de los momentos más amargos de su carrera. “La última temporada en el Rayo, con los Ruiz-Mateos en la presidencia, no cobramos un duro. Fue un año complicado porque entrenábamos y jugábamos como profesionales, pero sin cobrar a final de mes. El vestuario se conjuró para dar el callo y nos propusimos ganar la Liga contra viento y marea. Lo conseguimos en el campo del Espanyol y significó poner la guinda a un mal pastel”, asevera.
En la lista negra de la selección
Otro episodio amargo lo vivió con la selección. Comenzó a contar para categorías inferiores, pero la renuncia a ir a un Europeo por acudir a la boda de su hermana [Isabel] hizo que no la volvieran a llamar. “Hay cosas a las que no estaba dispuesta a renunciar, sobre todo a nivel familiar, y sólo tengo una hermana. A partir de esa decisión desaparecí. Sé que por nivel podría haber tenido más oportunidades para poder ir en algún momento, pero me quedo con haber dado todo de mí allá donde jugué”, explica. “Siempre he querido jugar con las mejores, representar a mi país y poder competir a nivel internacional. Me quedé con la espina de hacerlo como jugadora y espero conseguirlo algún día de otra manera”, añade.
Por su posición y estilo de juego, Chini siempre fue más de crear y asistir que de definir y marcar gol. Aún así, ha marcado algunos e importantes. “Me quedaría con uno que marqué al Tacón, en Las Gaunas, con la zurda que para mí fue muy bonito… y el que marqué con la Real siendo la primera futbolista en marcar un gol en Anoeta. Es guay que tu nombre quede para la historia por algo así”, confiesa. De todos los entrenadores que tuvo, destaca el nombre de Gerardo García León, con quien coincidiera en Logroño. “Era muy bueno. Había sido jugador y sabía cómo conectar con cada jugadora. Conmigo tenía mucha confianza y, al haber jugado en la misma posición que yo, me sentía muy identificada”, revela. En lo que a compañeras se refiere, Chini subraya el nombre de Maialen Zelaia. “Cuando estuve en la Real se lesionó de gravedad al mismo tiempo que yo y pasamos muchas horas. No me dejó sola en ningún momento y se lo agradezco. Ambas estamos retiradas, pero mantenemos una bonita amistad”, sentencia.
Chini asegura que no le costó dar el salto al vacío de la retirada. “Cuando fiché por el Getafe le dije al presidente que ascendía al equipo y lo dejaba. Cuando conseguimos el objetivo quiso que siguiera, pero yo tenía muy claro que quería retirarme estando bien y no que llegara el día en que pudiera arrastrarme por un campo”, cuenta quien se quedó con una asignatura pendiente. “Me hubiera gustado jugar fuera de España. Es verdad que igual empecé tarde a buscar esa opción, pero habría estado bien recorrer mundo a nivel profesional”, destaca.
Entre la Queen's League y el Leganés
La madrileña cerró una puerta y dejó abiertas muchas ventanas. La más visible, sin duda, la de la Queen’s League. “Es fútbol, espectáculo y competición”, destaca. “Yo soy muy competitiva y, aún siendo un deporte diferente, me atrajo su intensidad”, dice quien está negociando su renovación como jugadora de Aniquiladoras FC. Además, sigue haciendo deporte -juega al pádel y está enganchada al crossfit- y trabaja como coordinadora de los equipos femeninos del Leganés. “Estoy muy agradecida al club por confiar en mí. Me siento apoyada, respaldada y me dejan trabajar. Mi madre es pepinera [Carmen], así que me hace ilusión estar aquí. Creo que es una cantera con mucho futuro, pero hay que ir poco a poco y sin empezar la casa por el tejado”, afirma Chini, que destaca las figuras de Alicia Pérez e Iratxe Sevilla como jugadoras a seguir.
Chini ejercerá de local en la Supercopa de España que se disputa en Butarque del 22 al 26 de enero. “Para nosotros es una alegría que el torneo se dispute en nuestro estadio porque queremos que el fútbol femenino crezca y la apuesta del club por ello es latente. Nuestras jugadoras estarán animando en la grada, donde espero que haya mucha gente, vamos a poner los recogepelotas y ayudaremos en todo lo posible para que sea un gran espectáculo”, dice quien, como la gran mayoría, tiene claro el favorito al título. “El gran rival a batir es el Barcelona. Ojalá que el resto de rivales se lo pongan difícil y pueda haber alguna sorpresa, pero creo que las azulgrana son muy favoritas”, destaca quien tiene pasado rojiblanco y blanquiazul.
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